Por: Jean Guy Allard
21 de septiembre de 2012.- El 18 de noviembre de 2004, el joven
fiscal venezolano Danilo Anderson murió en la explosión de su vehiculo
destruido por una artefacto compuesto de C-4 – el explosivo predilecto de la
mafia cubanoamericana. Apenas una horas después se apareció en la Morgue de
Caracas, donde se encontraban los familiares de Danilo, Henrique Capriles
Rodonski, el actual candidato presidencial de la ultraderecha venezolana, socio
de los autores intelectuales del crimen.
A los familiares de Danilo y hasta varias otras personas presentes les asombró
la llegada del político que, de manera evidente, no tenía porque estar en el
lugar. Su presencia generó una confrontación con los familiares y amigos
quienes le ordenaron retirarse, lo que se negó a hacer, desencadenando una
fuerte discusión.
Una señora que si conocía a Danilo y a su familia, al verlo, sintió mucha
indignación - pensó que iba a burlarse de todo aquello - y le dio una
cachetada.
No era la primera vez, por cierto, que el político identificado a corrientes
con perfiles neofascistas, se acercaba a actos de terrorismo cuyos
protagonistas se inspiran del clan de asesinos de Miami conformado y orientado
por la inteligencia norteamericana.
EL ASALTO DE LA EMBAJADA CUBANA
El 12 de abril de 2002, en las horas más tensas del Golpe de Estado contra
Chávez, la Embajada de Cuba fue agredida por un grupo de manifestantes
dirigidos por dos individuos identificados en Venezuela a la red del terrorista
Luis Posada Carriles: Salvador Romaní, Ricardo Koesling a los cuales pronto se
sumará su socio Henry López Sisco.
Agente de la CIA, ex oficial de la DISIP venezolana, hoy radicado en Miami,
Luis Posada Carriles dirigió en Caracas durante años espectaculares operaciones
de exterminio de jóvenes revolucionarios. Posada luego orientó actos de
terrorismo contra Cuba entre los cuales el criminal atentado contra un avión
civil de la Isla, que hizo 73 muertos de 1976.
Luego enjuiciado, Posada se escapó de la cárcel de San Juan de los Morros, en
1985, con la ayuda de la CIA que lo utilizó en sus operaciones sucias de
América Central, pero siempre conservó en Caracas su red de cómplices.
Koesling se encuentra asociado al terrorismo cubanomericano desde los años 70 y
participó en la organización de esta fuga de Posada.
Romaní, un abogado de origen cubano, siempre estuvo a las ordenes de la tropa
mafiosa de Miami.
Lopez Sisco, un ex comisario de la “DISIP”, estuvo durante años al lado de de
Posada, torturando y desapareciendo a jóvenes “sospechosos” de rebelión, con
Francisco Pimentel, Hermes Rojas, Joaquim Chaffardet.
Este 12 de abril del Golpe, Capriles – entonces alcalde del municipio de Baruta
donde radica la embajada cubana – no solo se negó a tomar medidas para que su
policía no intervenga para poner fin a los actos de violencia desencadenados
por sus amigos Romaní, Koesling y una tropa de delincuentes, sino que alentó a
los asaltantes, insistió para “inspeccionar” personalmente la sede diplomática
- algo absolutamente contrario a las convenciones internacionales - para luego
hacer declaraciones provocativas a la prensa golpista.
Estimulados por sus palabras, los “manifestantes” destrozaron seis vehículos
del consulado, cortaron los servicios de agua y electricidad y mantuvieron
virtualmente secuestrados a los diplomáticos cubanos mientras amenazaban
penetrar violentamente en la sede diplomática.
COLABORADOR EMERITO DE LA EMBAJADA USA
El sábado 4 de diciembre de 2010, documentos desclasificados por Washington
publicados en su pagina web por el Departamento de Estado - en un aparente
intento de quitarles impacto a las revelaciones de Wikileaks – señalaban que el
cabecilla derechista Henrique Capriles Radonski era un colaborador de la
embajada norteamericana en Caracas.
En esta selección de archivos sobre Venezuela, el nombre de Capriles aparece
vinculado a la operación realizada contra la representación diplomática cubana
y, sospechosamente, al asesinato del fiscal Danilo Anderson.
Los documentos enseñan una evidente complacencia de la embajada norteamericana
en Caracas hacia el jefe ultraderechista cuyo rol en el asalto a la embajada
cubana y presuntamente en otras actividades ilícitas ha sido protegido por
abundantes tachaduras en cada uno de los textos donde aparecen referencias a su
persona.
A través de los informes, mutilados por la censura y reunidos bajo el tema “La
muerte del Fiscal Danilo Anderson”, la embajada no solo reconoce que Capriles,
hoy candidato a la presidencia, le brinda su cooperación sino que realizó
actividades de colaboración que van más allá de lo confesable, lo que confirman
los numerosos párrafos tachados por los censores de Washington .
Lo mismo ocurre con otros opositores más, tales como Leopoldo López y Maria
Corina Machado. En distintos lugares se hace referencia a los “political
oficers” de la embajada que actuan de enlace con los amigos de “la embajada”.
DANILO INVESTIGABA A 400 GOLPISTAS
Después de mucha tergiversación inspirada por la derecha alrededor de la
circunstancias del asalto a la Embajada cubana, el 16 de marzo 2004, el fiscal
Anderson, encargado de los casos de más de 400 cómplices del golpe de abril del
2002, dictó una orden de arresto contra Capriles al acusarlo de violar
principios fundamentales del derecho internacional, violar la propiedad privada
y abuso de poder.
Mientras se desarrollaban los procedimientos, Capriles fue mantenido en
detención hasta septiembre.
El 18 de noviembre, a las 9:35PM el fiscal murió en la explosión de su vehiculo
en la urbanización Los Chaguaramos de Caracas, en la esquina de la calle Vargas
con Av. Las Ciencias, mientras iba a su casa desde la universidad en su Toyota
Autana.
Los testigos dicen recordar dos explosiones muy ruidosas – la bomba y el tanque
de combustible - que provocaron el incendio del vehículo destruido y hasta
daños en un edificio cercano.
Los funcionarios y expertos de la Medicatura Forense hicieron el levantamiento
del cadáver que fue transportado sobre las 2:30AM a la Morgue de Bello Monte.
La llegada en la Morgue de Capriles Rodonski, conocido como extremista de ultra
derecha, sobre las 9:30AM, era por supuesto totalmente escandalosa.
En menos de un mes, ya en diciembre, los investigadores asignados al asesinato
tenían resuelto en gran parte el caso desde el punto de vista de su ejecución.
Dos ex comisarios de la DISIP, los hermanos Otoniel y Rolando Guevara,
organizaron la logística del crimen pagando más de medio millón de dólares a
los ejecutores, por el intermediario de su primo José Guevara, radicado en
Miami.
En esta ciudad norteamericana, José Guevara se beneficia hoy de la protección
del FBI (con quién conspiró en el caso Montesinos) al igual que los dos
ejecutores materiales del asesinato, el ex agente de la inteligencia venezolana
Pedro Lander quien elaboró la bomba, y Johán Peña, que la colocó bajo el carro.
Los investigadores elaboraron la lista de los autores intelectuales del
asesinato. Ahí aparecen los nombres de varios conocidos de Capriles, entre los
cuales sus dos socios presentes en el asalto a la embajada cubana, Salvador
Romaní y Henry López Sisco, hoy asilados en Estados Unidos y Costa Rica,
respectivamente.
Entre los cómplices de la agresión que también buscaron en el extranjero un
santuario, está también otro ex “DISIP”, Joaquín Chaffardet, que, como López
Sisco fue formado por los servicios de inteligencia de Estados Unidos en la famosa
Escuela de las Américas (SOA).
¿A QUE VENÍA CAPRILES RADONSKI?
Capriles Rodonski es producto a esta misma corriente ideológica de extrema
derecha cuyo máximo representante en Venezuela es Alejandro Peña Esclusa,
arrestado en Caracas con 900 gramos de C-4 y detonadores, después de una
denuncia por el salvadoreño Francisco Chávez Abarca, un especialista del C-4
formado por Posada, extraditado luego a Cuba.
Junto al financista estafador Nelson Mezerhane, accionista de Globovisión, la
periodista golpista Patricia Poleo y el general traidor Eugenio Áñez, fueron
igualmente relacionados a la conspiración que llevó al asesinato del Fiscal.
Los tres viven hoy en Miami, con la complacencia del Departamento de Estado, y
son parte del equipo de apoyo de Capriles en territorio norteamericano.
¿Podrá el candidato Capriles Radonski explicar su relación con miembros de la
red venezolana de Luis Posada Carriles? ¿Cómo explicara su complicidad con los
asesinos del fiscal Danilo Anderson?
¿Sabrá decir públicamente Capriles Radonski que hacía el 18 de noviembre de
2004 en la Morgue, si era evidente que el y Danilo Anderson, no eran amigos,
mucho menos sus familiares?
¿Se recordará con que objeto se presentó en la morgue? Acaso estaba verificando
algo?
Queda suficiente tiempo ante las elecciones para que el candidato diga la
verdad.
Imagen realizada por Samuel Bravo (2011)