sábado, 21 de febrero de 2015

La Pastora: la otra cara de la moneda

Por: Pólvora en la Calle


Mientras los medios de comunicación reseñan los logros arquitectónicos incuestionables de la parroquia patrimonial por excelencia de nuestra ciudad capital (La Pastora) y mientras nuestro Camarada Presidente Nicolás Maduro inaugura un complejo urbanístico en la histórica Puerta de Caracas (lo que, indudablemente, celebramos con orgullo), la otra Pastora, la Pastora invisibilizada sigue sufriendo el abandono y la ineficiencia de sus autoridades locales. Una de las tantas pruebas de esta triste realidad es el estado deplorable en la que se encuentra la cancha en la esquina Tajamar (Casco Central), una de las escasas instalaciones deportivas de este sector de la parroquia y sin duda alguna la más emblemática de la misma. A pesar de haber sido inaugurada hace apenas un año (el 30.11.2013 exactamente), esta cancha se encuentra parcialmente destruida sin que las autoridades locales tomen cartas en el asunto: los bancos de cemento fueron víctimas de actos vandálicos, las arquerías fueron totalmente destruidas, los murales pintados ad honorem por el Colectivo Cultural Toromayma están prácticamente desaparecidos, los baños prometidos jamás fueron construidos y en su lugar se acumulan escombros y basura. Sin embargo, aún permanecen los logotipos de las cuatro instituciones que asumieron la rehabilitación integral de la cancha: Distrito Capital, Alcaldía Libertador, Movimiento por la Paz y la Vida y Consejo Comunal Tajamar. ¿Qué pasó allí? ¿Quién da la cara por esta situación? ¿Quiénes son los responsables de esta realidad vergonzosa? ¿Van las autoridades locales a seguir lavándose las manos con el eterno e irresponsable argumento de que la culpa la tiene la comunidad? ¿Si a eso vamos deberíamos preguntarle a estas autoridades porque no le abren el compás a la participación popular y porqué, cuando los colectivos quisimos participar en la conformación de un comité deportivo para velar por el buen funcionamiento de estas instalaciones, se nos negó el derecho a la participación (prueba de ello la pared en la que íbamos a escribir las normas propuestas por los mismos usuarios y que quedó desoladamente vacía)? ¿Porque, cuando se hicieron las reuniones preparatorias a la inauguración de la cancha con la comunidad una funcionaria pública de la Alcaldía de Caracas, ante nuestra necesidad de saber porque se interrumpieron estas reuniones de forma inexplicable, nos respondió que “la comunidad debe entender que en tiempos electorales hay otras prioridades”?  ¿Porque, cada vez que la comunidad quiere asumir la contraloría social de los espacios públicos, se la tilda de “contra-revolucionaria”? Es necesario, de una vez por todas, que ciertas funcionarias y funcionarios públicos cambien de actitud, revisen su praxis, pasen de la prepotencia a la inclusión verdadera, pasen de ser obstáculos de la revolución a servidores públicos y pasen definitivamente de la IVa a la Va República.










Las imágenes hablan por sí solas…


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