Por: Zaida Mujica - zakapuntas@gmail.com
Entre valores y contralorías,
nadie quiere participar…
Necesito que mi país cambie. Para
eso necesitamos cambiar todos y cada uno de nosotros, estamos claros, que
cambiemos nuestra forma de actuar. Hasta ahora hemos sido demasiado
indiferentes en cuanto al tema de la contraloría social, dejándosela fácil a
los corruptos y amantes de las cuentas turbias; las personas que defendemos el
principio de la transparencia, que viene siendo transversal a todos nuestros
valores, nos vemos sentados en el duro sillón de la satanización, de la
descalificación y de la exclusión. Pareciera que a nadie le interesa dar ni
pedir cuentas; vengo de una familia muy humilde donde al hacerle algún mandado
a alguien aprendí varias cosas, entre ellas a ser útil, a servirle a los
mayores y sobre todo a entregar cuentas claras y correctamente. Eso me enseñó
mi madre: si 2 bolívares quedan vuelto , dos bolívares yo entregaba, mis padres
velaron siempre porque eso fuera así. A pesar de que había muchas carencias,
nunca nos sentimos con derecho a apropiarnos de lo que no era nuestro. Creo que
aquí, en esto que trato de explicar, se refleja que no es necesario ser hijos
de universitarios para dignamente manejar valores.
Ahora que este pueblo, levantado
entre carencias, abre los ojos ante un posible cambio que impulsa un hombre que
lo dio todo, como ha sido nuestro Máximo Líder del Proceso Revolucionario en
Venezuela Hugo Rafael Chávez Frías, y vota por el para mejor, no para un cambio
negativo, no parece estar a la altura de su propia demanda en cuanto a valores
se refiere, se comporta encandilado por la bonanza material de este proceso y el
consentimiento sin concientización, donde los ricos no dejan el complejo de
ricos y los pobres no dejan el complejo de pobres, esta conducta colectiva de
pronto se interpone ante la posibilidad de construir organizaciones
transparentes, horizontales, participativas y totalmente colectivas.
¿Porque tenemos que organizarnos
solo cuando el Gobierno lo ordena? ¿Porque el gobierno no exige cuentas claras
ni permite la denuncia o solicitud de las mismas, mediando sin que esta fase de
la participación popular se convierta en un trauma sino en una experiencia que
enriquezca la organización de base? ¿Porque termina siendo el contra-revolucionario
y el delincuente, el que pide cuentas? ¿Porque pedir cuentas es prácticamente
un delito y en la Ley Orgánica de Contraloría Social es un deber? ¿Porque los gobiernos
locales cuando oyen a alguien que habla de mesas de Contraloría Social casi que
lo lapidan? ¿En qué artículo de la Ley dice que una sola persona no puede hacer
Contraloría Social? ¿Porque promover y desarrollar la cultura del control
social como mecanismo de acción en la vigilancia, supervisión seguimiento y
control de los asuntos públicos, comunitarios y privados que incidan en el
bienestar común, es visto como un saboteo al proceso revolucionario, cuando que
lo contrario si lo es?
Boceto realizado por Samuel Bravo, 2009
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