Además de poner en manos de las nuevas generaciones estas experiencias, es necesario, independientemente de que sirvan o no, sistematizarlas para visibilizarlas, para mantenerlas en la memoria colectiva, ya que la aplanadora institucional y mediática tiende espontáneamente a opacar y desaparecer cualquier iniciativa que no esté controlada por los grandes centros de poder.
En lo polítio y en lo social, han sido abundantes las experiencias y agrupaciones que, desde 1997, hemos apoyado o de las que fuimos actores activos: el Grupo los Erasos por la Paz (parroquia San Bernardino), la Coordinadora Vecinal de Los Erasos (prefiguración de los consejos comunales), la ampliación de un pequeño complejo socio-cultural en Los Erasos, los tres Comités de Tierra Urbana de Santa Isabel (parroquia La Pastora), el colectivo Las Calles no se Callan, la nueva Casa de Cultura de La Pastora, la primera biblioteca comunitaria de la parroquia La Pastora, el consejo comunal Parque La Toma (parroquia La Pastora), la Asamblea Revolucionaria Cultural Permanente (ARCP), el Comité por la Seguridad Social de Trabajadores Culturales No Dependientes, el consejo comunal Madre Tierra (parroquia La Pastora) y el Movimiento Convivencia Libertadora (parroquia La Pastora). Lamentablemente, no podemos reflejar la innumerable cantidad de vínculos que tejimos con otras organizaciones sociales en Caracas y en otras ciudades de Venezuela (cabe destacar, sin embargo, la hermandad de años que hemos consolidado con los compas del Proyecto de Educación Complementaria - PEC - en El Guarataro, parroquia San Juan).
En lo comunicacional, desde los colectivos Crisol y Toromayma, también han sido muchas las iniciativas que hemos apoyado o que se han generado como fruto de nuestro esfuerzo: el periódico Pólvora en la calle, la Radio Alternativa y comunitaria Tamunangue Libre (Estado Lara), el programa de radio “La Voz de Toromayma” (compartido con el Frente Nacional Comunal Simón Bolívar), el periódico comunal Las Tres Raíces (sector Manicomio, parroquia La Pastora) y la gran cantidad de logotipos, afiches, objetos editoriales, artículos, proyectos expositivos y creaciones gráficas que hemos producido para diferentes organizaciones, instituciones o individualidades. También hemos impulsado el encuentro sobre la imagen revolucionaria llamado “La imagen no es inocente”, que debía tener un carácter itinerante y permanente.
En cuanto a experiencias pedagógicas, también podemos decir que son muy diversas: además de las decenas de talleres de muralismo, de animación, de producción audio-visual, de música, de artes gráficas, de diseño editorial y de pintura que hemos realizado en Caracas y en diferentes ciudades de nuestra patria, hemos impulsado, desde el taller Crisol y el colectivo Toromayma, el proyecto de creación de una escuela popular de comunicación visual (la cual debía funcionar en un galpón del sector La Silsa y que fue abortado por manejos oscuros e intereses institucionales), le hemos propuesto al Instituto Universitario Armando Reverón (hoy en día adscrito a UNEARTE) la creación de una cátedra permanente de diseño gráfico (dictamos dos seminarios en función de este objetivo, pero, lamentablemente, no fueron apoyados por las autoridades académicas del Instituto) y hemos generado una gran cantidad de material didáctico y de escritos sobre la pedagogía emancipadora. Ya que la creación de un centro educativo nos hubiese llevado la vida entera (y no podemos pasar el resto de nuestras vidas en esto), pensamos que ésta es hora de sistematizar nuestro acumulado de experiencias, para, en la medida de lo posible, dejar este legado.
Definitivamente, como desmalezadores de caminos, es hora que ordenemos, visibilicemos y sistematicemos esta gran cantidad de experiencias, pues, de lo contrario, no le dejaríamos ningún legado a las generaciones futuras y fracasaríamos en nuestra labor insurgente orientada a sublevarnos en contra del orden dominante y destinada a contribuir en la construcción de un mundo radicalmente distinto al abismo al que nos llevan el consumismo, el desarrollismo y la explotación.
Publicado por: equipo editorial
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que viva zapata
ResponderEliminarQue buen trabajo ! Espero que sigan adelante ! un abrazo
ResponderEliminarPablo Aiquel