sábado, 13 de septiembre de 2014

¡CATUCHE… no es una mala palabra!...

Por: Zaida Mujica

“Catuche es un río”,
Catuche se respeta.
1.- Catuche-Quao. Era el nombre del asentamiento de los Toromaymas, antiguos pobladores de las orillas del río Catuche, según el estudio micro histórico de La Pastora, por María Luisa Herrera de Weishaar (1979).
2.- Catuche-Quao en lengua indígena según investigaciones hechas por antropólogos quiere decir “Guanábana” y “Agua”, guanábanas que se daban en el  arroyo de agua, lo que coincide con nuestro espacio, sus nombres y sus referentes (Ejemplo: quebrada de guanábano y puente de guanábano).
3.- Catuche fue un río navegable
4.- También dicen algunos antropólogos estudiosos del tema que Catuche, fue el Jefe de los indios Toromayma.
5.- Catuche demostró que es más que una quebrada en el año 1.999 cuando asfixiado por el concreto se rebeló y sacudió su cuerpo remontándose hasta donde lo vieran, no como dijo en 1996, el Padre José Virtuoso y César MartíConsorcio Catuche” en una reunión con la comunidad de Catuche un día en la puerta de La Toma, barrio la toma “dijo que eso era un hilito de agua inofensivo”, y miren lo que paso en el año 1.999, no obstante en el 2003, Catuche lo volvió a hacer, Catuche se asomó a nuestra vía principal como diciéndonos aquí estoy yo si no me han visto y por si se les olvida… Luego en el 2.010 le volvimos a ver la cara al río, dejándonos una buena cantidad de damnificados cada vez.
Por eso repetimos, CATUCHE, no es una mala palabra… EL nos habla y nos pide respeto y hay que respetarlo, ¿Catuche le dio de beber a cuantos seres humanos?, ¿por cuantos años?, ¿eso no merece respeto?, y su nobleza es tan extremada que también nos premió con un fruto que sirve para el curar cáncer de la próstata, cáncer de los huesos, cáncer del páncreas y de las arterias, todavía algunos de los que NO hemos dejado de caminarlo en toda su extensión podemos comer su fruta sin que nadie se haya dignado a sembrarla, el, Catuche, nos la regaló, por algo será ¿verdad?. 
Aquí les hago mi reflexión ¿porque habiendo tanto espacio tenemos que quitarle el cauce a las aguas?, ¿es esa una propuesta digna de alguien que dice que se quemó la pestañas estudiando ingeniería o arquitectura en tal o cual universidad?, ¿será que ya descubrieron la forma mágica en el mundo de vivir sin agua?, si estamos en una tierra tan noble, con tanto dinero, tantos profesionales, tanto terreno, tantos revolucionarios como dicen ahora, las propuestas siempre parecen que van en contra de la vida misma, ¿por qué no levantar la voz para que le den casa a todos los que viven dentro de la mal llamada quebrada de Catuche, y recuperar este espacio como un jardín para la vida?, ya que tiene tan alta fertilidad, que cualquier planta medicinal y frutal se multiplica por sí sola, (como chiste malo a veces les digo a los vecinos que está prohibido caerse, a los borrachitos y a los corruptos por que la tierra es muy fértil y todo lo que cae allí se multiplica). Pero hablando en serio y tomando en cuenta que la Pastora todavía tiene sitios, barrios y calles donde no les llega el agua, entonces imagínense cuando construyan más edificios dentro de ella. Nosotros estamos luchando desde hace 38 años para que este espacio “Río Catuche” se recupere y ha sido imposible lograr que se apruebe un proyecto en estos términos de salvaguarda de nuestro patrimonio ecológico, natural e histórico, que en este momento pueda tener un saldo positivo a favor de la vida misma, esto sí sería un revolución bonita.

Ahora hagamos una gran reflexión sobre la historia del espacio, por lo que conocemos de él, por lo que hemos vivido en él, por lo que él nos ha manifestado, por lo que el Estado y las diferentes repúblicas no le han querido dar, por lo que la gente no ha querido conscientizar, por el interés personal de muchos inconscientes, es hora de que en todos los sitios de mi Venezuela donde se presenta este mismo caso, la gente despierte y luche por un proyecto donde el hombre no actúe como ajeno a la naturaleza y puedan estar juntos sin hacerse daño, no es fácil, lo sabemos nadie ha dicho eso, pero la peor diligencia es la que no se hace, practiquemos tener un solo grito y que ese grito sea defender ese proyecto que integre desde una nueva formación, hasta nuevos usos, donde todos tengamos participación activa, que no se convierta en un ritual más… Catuche no es una mala palabra”



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