¡Victoria popular! Después de
años de lucha, escritos, asambleas, peleas y marchas, por fin los cultores,
artistas, artesanos y trabajadores culturales no dependientes nos sentimos
reivindicados, a través de la última reforma de la Ley del Seguro Social.
Y,
como siempre, tenía nuestro Presidente Chávez que alzar la voz para que la ley
se cumpliera. En el caso de los trabajadores por cuenta propia, en general, y
de los trabajadores culturales, en particular, teníamos años exigiendo nuestro
derecho legítimo a la seguridad social, derecho universal garantizado por
nuestra Constitución (artículos 86 y 100), nuestra Ley Orgánica de Seguridad
Social (artículos 4 y 66) y la Declaración Universal de Derechos Humanos
(artículo 22). A partir del año 2010 se intensificó esta lucha, a partir de las
discusiones y manifestaciones públicas organizadas por la Asamblea Revolucionaria
Cultural Permanente (ARCP) y el Comité por la Seguridad Social de Trabajadores
Culturales No Dependientes, en torno a nuestra seguridad social y a la Ley
Orgánica de Cultura (aún en discusión). Fuimos a la Sub-Comisión de Cultura y a
la Comisión de Desarrollo Social de la Asamblea Nacional, al Ministerio del Trabajo
y al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales para reclamar este legítimo
derecho, pero siempre chocamos con la misma indiferencia. Más allá de la
inoperancia de las instituciones involucradas, aplaudimos, pues, la tan
esperada reforma de la Ley del Seguro Social, en particular de su artículo 6, y
la Nueva Ley Orgánica del Trabajo, que nos concede, a los trabajadores, nuevos y
legítimos derechos.
Sin embargo, aún quedan dudas y
problemas por resolver. Entre ellos, los que se refieren a nuestras cotizaciones y a nuestras
prestaciones sociales. En el caso de los trabajadores culturales,
efectivamente, el monto que se nos exige en cuanto a las cotizaciones que
tendremos que aportar al Seguro Social sigue siendo tema de discusión: según
declaraciones del Señor Carlos Rotondaro, Presidente del Instituto Venezolano
de Seguros Sociales (IVSS), publicadas en el diario Ciudad Caracas el día 26.04.2012,
los trabajadores por cuenta propia tendrán que aportar el 13% de sus
ingresos, lo que representa el aporte salarial (4%) y el aporte patronal
(11%). Como trabajadores culturales, no
deberíamos ser considerados como patronos y, por lo tanto, no deberíamos aportar
la cotización patronal. En el año 2011, en la convocatoria a una de nuestras
asambleas (la del 09.04.2011), realizada en el Liceo Fermín Toro, lo
escribíamos claramente: una de nuestras exigencias era precisamente “la
exoneración de la cotización patronal (pues no somos patronos sino trabajadores
por cuenta propia)”.
Por otra parte, en ninguna de las
declaraciones que han realizado los altos funcionarios públicos después de la
aprobación, en Consejo de Ministros (24.04.2012), del Decreto que reforma el
artículo 6 de la Ley del Seguro Social, se han aclarado con precisión cuales
son las prestaciones sociales que recibiremos a cambio de nuestras
cotizaciones. No se sabe, a ciencia cierta, si estas cotizaciones nos abrirán
derecho única y exclusivamente a la pensión de vejez o si, al contrario, nos
permitirán acceder a todas las prestaciones que nos corresponde, por ley, es
decir “maternidad, paternidad, enfermedad, invalidez, enfermedades
catastróficas, discapacidad, necesidades especiales, riesgos laborales, pérdida
de empleo, desempleo, vejez, viudedad, orfandad, vivienda, cargas derivadas de
la vida familiar y cualquier otra circunstancia de previsión social” (artículo
86 de nuestra Constitución).
Quedan, pues, intactas estas dos reivindicaciones, como trabajadores
culturales no dependientes: la exoneración del aporte patronal y el beneficio
de todas las prestaciones sociales. Sólo cuando alcancemos estos dos objetivos
es que podremos darle plenamente sentido a nuestra práctica ancestral, la
cayapa, que coincide con el principio de solidaridad universal (base de la
seguridad social) según el cual cada uno aporta al bien colectivo según sus
capacidades; y le daremos vida real al principio zapatista: “uno para todos y
todos para uno”.
Publicado por: Comité por la seguridad social
de trabajadores culturales no dependientes
de trabajadores culturales no dependientes
Participación en la marcha del Primero de Mayo de 2010
convocada por la UNETE
¡La pancarta que nunca logró salir a la calle, por ser "colectivos despoblados",
como nos calificó un ilustre intelectual!
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